...Y no,no voy a lanzar un grito en plan Millan Astray,el menda que se descolgó con un "muera la inteligencia viva la muerte".Ni mucho menos.Tampoco voy a dar mi opinión sobre el hecho de haber elevado cualquier manifestación cultural a la categoría de lujo con un IVA un tanto...abusivo, no.La cosa es más terrenal y más doméstica de lo que sugiere el nombre de este post.
Y es que estaba yo (estoy aún en ello)intentando vaciar una estantería de mi dormitorio para cambiar la distribución y que dicha estancia deje de ser un híbrido entre lugar donde dormir-despacho-trastero con libros y se vea un poco más ordenado...porque en casa somos de libros mi pareja y yo.Mis hijos no,ellos leen más bien poco, y en mis días malévolos, que cada vez son más, me parto el culo pensando en el marrón que van a tener cuando hereden toda la cantidad de libros que de mes en mes vamos acumulando mi santa y yo.Y es que en una de las dos librerias que hay en el pueblo donde habitamos, cuando nos ven llegar nos ponen la alfombra roja...en fin, a lo que iba,que somos muy de comprar libros y leerlos, faltaría más.Debemos tener alrededor de mil quinientos, y eso que, a nuestro pesar, nos hemos ido deshaciendo de aquellos que no nos habían gustado.Aún así, tal cantidad de libros ocupan espacio, y todo nuestro afán está en conseguir que en poco más de setenta metros cuadrados convivamos en perfecta armonía dos adultas, dos hijos, una perra y el mogollón de libros.Hace unos meses nos hicimos construir una estantería de suelo a techo a lo largo del pasillo.Una señora estantería...y allí que estaba yo llenando un hueco que aún estaba libre,un hueco que quedaba un poco por encima de mi cabeza,y entonces...pam! un libro que me resbala de las manos y me da tremendo testarazo en toda la ceja.Me cisqué en todas las progenitoras de todos los pu...libros mientras comprobaba que no hacía falta llamar al 112 para que me llevase a que me cosieran.No, sólo fue un corte pequeñito justo en medio de la ceja izquierda.Suerte que el libro también era muy pequeño, más que libro en sí,una guía editada por el ayuntamiento de Madrid sobre el crecimiento de los hijos y sus problemas,que si llega a ser uno de los mamotretos tipo la trilogia de Sarah Lark sobre Australia(que también tenemos y hemos leído, faltaría más)ya me veo con la cabeza abierta...
Y es que además de ocupar espacio, la cultura puede hacer pupa...